Son riojanos pero hace 10 años se enamoraron de un pueblo abandonado en el concello de Sarreaus (Ourense) para convertirlo en una aldea rural. Durante este tiempo, José María Galán e Isabel Justicia pasaron momentos muy difíciles, de desánimo, pero por fin vieron que su proyecto es una realidad. "Ha merecido la pena", manifestó José María a sus familiares y amigos, llegados desde Calahorra, y a sus convecinos ourensanos, para añadir, "ésta tierra engancha".
Después de la tarea nada fácil de adquirir los 19 inmuebles que conforman la aldea a los vecinos, muchos emigrantes en países de América, Isabel y José María acudieron a las administraciones en busca de apoyo de las que consiguieron 600.000 euros para urbanizar, empedrar e instalar todos los servicios de la aldea. La rehabilitación de cada uno de los inmuebles correspondió a los propietarios. Además de 14 habitaciones, la aldea de Couso-Galán dispone de 2 cafeterías, un restaurante, un molino, y un frondoso bosque por donde discurre un pequeño río que templa las temperaturas estivales.
Después de la tarea nada fácil de adquirir los 19 inmuebles que conforman la aldea a los vecinos, muchos emigrantes en países de América, Isabel y José María acudieron a las administraciones en busca de apoyo de las que consiguieron 600.000 euros para urbanizar, empedrar e instalar todos los servicios de la aldea. La rehabilitación de cada uno de los inmuebles correspondió a los propietarios. Además de 14 habitaciones, la aldea de Couso-Galán dispone de 2 cafeterías, un restaurante, un molino, y un frondoso bosque por donde discurre un pequeño río que templa las temperaturas estivales.