Los tiempos cambian y el uso de los monasterios, otrora dedicados exclusivamente a la vida en silencia y la oración, también.
En Galicia existe una dicotomía entre los monasterios que ofrecen un turismo espiritual y los que, tras una profunda restauración, se han convertido en hoteles de lujo. Actualmente media docena de monasterios cistercienses o benedictinos ofrecen hospedaje a aquellos que buscan calma y espiritualidad, entre los que cabe citar el de Samos y Ferreira de Pantón, en Lugo; Sobrado dos Monxes, en A Coruña o el ourensano de Oseira.
Frente a estos, y otros que están en ruinas, algunas instalaciones monacales han sido rehabilitadas y convertidas en alojamientos de lujo, siendo los ejemplos más significativos los de Santo Estevo de Ribas de Sil, convertido en Parador de Turismo y el de San Clodio, en pleno corazón de la comarca de O Ribeiro; una fórmula que garantiza la conservación del patrimonio y que genera empleo y riqueza.
En Galicia existe una dicotomía entre los monasterios que ofrecen un turismo espiritual y los que, tras una profunda restauración, se han convertido en hoteles de lujo. Actualmente media docena de monasterios cistercienses o benedictinos ofrecen hospedaje a aquellos que buscan calma y espiritualidad, entre los que cabe citar el de Samos y Ferreira de Pantón, en Lugo; Sobrado dos Monxes, en A Coruña o el ourensano de Oseira.
Frente a estos, y otros que están en ruinas, algunas instalaciones monacales han sido rehabilitadas y convertidas en alojamientos de lujo, siendo los ejemplos más significativos los de Santo Estevo de Ribas de Sil, convertido en Parador de Turismo y el de San Clodio, en pleno corazón de la comarca de O Ribeiro; una fórmula que garantiza la conservación del patrimonio y que genera empleo y riqueza.