El transporte aéreo gallego no es ajeno a la crisis que está afectando al sector a nivel nacional e internacional, aunque las peculiaridades del servicio en Galicia están provocando que esta crisis tenga unas características diferenciadas en nuestro país.
Mientras aparecen nuevas aerolíneas que duplican vuelos a determinadas ciudades desde aeródromos gallegos (de los que habrá que comprobar su viabilidad), otros desaparecen, como es el caso del vuelo directo A Coruña-Tenerife. El último transporte directo entre estas dos ciudades saldrá el sábado de Alvedro. Spanair ha decidido eliminar ese vuelo un mes antes del cambio de temporada. Las alternativas son un enlace en Madrid o tomar el vuelo desde Lavacolla, que sale los lunes.
Este panorama ha llevado a varias instituciones a llamar la atención sobre los inconvenientes del recorte de vuelos desde los aeropuertos gallegos, que se incrementará con la llegada del otoño. Por ejemplo, la Cámara de Comercio de Santiago denuncia que los recortes se ceban especialmente con los destinos que usan los empresarios, como Madrid o Barcelona.
Para la Cámara, la Administración debe “subvencionar los vuelos de bajo coste porque está demostrado que multiplican el flujo de turistas”. Otros estamentos, especialmente los hosteleros y agencias de viajes, no están tan de acuerdo con esta afirmación.
Ante el descenso en el número de viajeros de los aeropuertos gallegos, las autoridades locales intentan tomar medidas e incorporar nuevos destinos. Tal es el caso del Ayuntamiento de Santiago, que trabaja para establecer enlaces directos a ciudades como Oslo o Estocolmo, “un terreno sin explotar”, según el Gobierno local.
Y siguiendo ejemplos como Flysur, Air Nostrum o Pyrenair, empresarios gallegos de diversos sectores productivos están impulsando la que sería la primera línea aérea gallega, con el objetivo de que comience a operar en el horizonte de 2011. Se estudia si esa futura aerolínea contaría con aviones propios o en régimen de alquiler, así como su autonomía, para determinar si sería posible realizar vuelos a destinos europeos.
Mientras aparecen nuevas aerolíneas que duplican vuelos a determinadas ciudades desde aeródromos gallegos (de los que habrá que comprobar su viabilidad), otros desaparecen, como es el caso del vuelo directo A Coruña-Tenerife. El último transporte directo entre estas dos ciudades saldrá el sábado de Alvedro. Spanair ha decidido eliminar ese vuelo un mes antes del cambio de temporada. Las alternativas son un enlace en Madrid o tomar el vuelo desde Lavacolla, que sale los lunes.
Este panorama ha llevado a varias instituciones a llamar la atención sobre los inconvenientes del recorte de vuelos desde los aeropuertos gallegos, que se incrementará con la llegada del otoño. Por ejemplo, la Cámara de Comercio de Santiago denuncia que los recortes se ceban especialmente con los destinos que usan los empresarios, como Madrid o Barcelona.
Para la Cámara, la Administración debe “subvencionar los vuelos de bajo coste porque está demostrado que multiplican el flujo de turistas”. Otros estamentos, especialmente los hosteleros y agencias de viajes, no están tan de acuerdo con esta afirmación.
Ante el descenso en el número de viajeros de los aeropuertos gallegos, las autoridades locales intentan tomar medidas e incorporar nuevos destinos. Tal es el caso del Ayuntamiento de Santiago, que trabaja para establecer enlaces directos a ciudades como Oslo o Estocolmo, “un terreno sin explotar”, según el Gobierno local.
Y siguiendo ejemplos como Flysur, Air Nostrum o Pyrenair, empresarios gallegos de diversos sectores productivos están impulsando la que sería la primera línea aérea gallega, con el objetivo de que comience a operar en el horizonte de 2011. Se estudia si esa futura aerolínea contaría con aviones propios o en régimen de alquiler, así como su autonomía, para determinar si sería posible realizar vuelos a destinos europeos.