El otoño está resultando muy interesante para los micólogos. Cada día, los recogedores de setas recorren los montes de Galicia para llevarse este suculento manjar a sus casas. Sin embargo, no todos los que acuden al monte lo hacen para el autoconsumo o para disfrutar con sus amigos, son muchos los que realizan ese trabajo como una ayuda más a su economía, vendiendo directamente el producto que recogen a la hostelería o en establecimientos de alimentación.
Pero la falta de control puede suponer un peligro si entre las setas conocidas se cuela alguna peligrosa, “hay especies más peligrosas que la viera ilegal”, asegura el ingeniero agrónomo Jaime Blanco que es, a su vez, presidente de la Asociación Micológica Brincabais.
La falta de una normativa hace correr estos riegos, aunque los expertos saben que en comunidades con tanta tradición en la recogida de setas, como son Cataluña y el País Vasco, se ha intentado reglar pero la presión social lo impidió. Por eso, las asociaciones micológicas de Galicia hacen constantes cursos de información, incluso ponen a disposición sus locales para ayudar a los ciudadanos a conocer perfectamente las setas comestibles.
Pero la falta de control puede suponer un peligro si entre las setas conocidas se cuela alguna peligrosa, “hay especies más peligrosas que la viera ilegal”, asegura el ingeniero agrónomo Jaime Blanco que es, a su vez, presidente de la Asociación Micológica Brincabais.
La falta de una normativa hace correr estos riegos, aunque los expertos saben que en comunidades con tanta tradición en la recogida de setas, como son Cataluña y el País Vasco, se ha intentado reglar pero la presión social lo impidió. Por eso, las asociaciones micológicas de Galicia hacen constantes cursos de información, incluso ponen a disposición sus locales para ayudar a los ciudadanos a conocer perfectamente las setas comestibles.