Tras la celebración de las comidas y cenas de Nochebuena y Navidad, las expectativas de muchos sectores no se han cumplido. Debido a la crisis o a la psicosis que la rodea, los consumidores no se han comportado como en años anteriores por lo que la primera semana de celebraciones no ha sido el salvavidas que algunos empresarios aguardaban. Uno de los sectores que se ha visto más castigado es el alimentario y, específicamente, el de los productos del mar. De hecho, los mariscadores gallegos aseguran que esta es la peor campaña de los últimos años. Los furtivos se multiplican, los precios caen estrepitosamente y el consumo también se resiente, con lo que los productores acaban ingresando la mitad de lo esperado para el mes de diciembre.
La gota que colma el vaso es el hecho de que, según denuncia la patronal, los precios del pescado suben hasta un 700% desde que sale de la lonja hasta que llega al consumidor. Esta situación se agrava por la caída de precios en origen.
Ante esta situación, los productores aguardan un repunte del consumo de cara a Fin de Año que les permita reducir en lo posible los efectos de la crisis. Tal es el caso de los mejilloneros, que van a vaciar las bateas en estas fechas para intentar salvar la campaña. Algunos productores, de hecho, han puesto la mercancía en el mercado a 0,18 euros frente a los 0,30 a los que cotiza.
Otros sectores también se están viendo afectados en mayor o menor medida por la crisis. Es el caso del tráfico aeroportuario gallego, con cifras preocupantes en determinados flujos. Por ejemplo, el aeródromo de Santiago va a sufrir una caída del 50% en los vuelos en estas fechas con respecto al mismo periodo de 2007. Por ejemplo, mientras el día de Navidad del año pasado hubo 39 salidas desde Lavacolla, en 2008 sólo hubo 24.
También el gremio de los hoteles está preocupado por la caída del consumo, por lo que la mayoría de empresarios ha decidido congelar los precios para garantizar la ocupación en fin de año. Las reservas marchan a un ritmo aceptable pero a riesgo de no incrementar ni en un céntimo las tarifas de 2007.
Tal panorama hace que el principal deseo de los españoles de cara al cambio de año sea el final de la crisis económica, que podría comenzar a perfilarse en primavera, según algunos auguran. El rito de las doce uvas de la suerte que, por cierto, va a cumplir un siglo, tendrá como trasfondo la despedida a un año difícil y la esperanza de que el que entra será mejor. En Ferrol lo celebrarán de una forma inusual pues la sección de buceo del Club de Mar de la ciudad dirá adiós a 2008 bajo el agua, tomando las doce uvas en las frías aguas de la playa de Chanteiro.
La gota que colma el vaso es el hecho de que, según denuncia la patronal, los precios del pescado suben hasta un 700% desde que sale de la lonja hasta que llega al consumidor. Esta situación se agrava por la caída de precios en origen.
Ante esta situación, los productores aguardan un repunte del consumo de cara a Fin de Año que les permita reducir en lo posible los efectos de la crisis. Tal es el caso de los mejilloneros, que van a vaciar las bateas en estas fechas para intentar salvar la campaña. Algunos productores, de hecho, han puesto la mercancía en el mercado a 0,18 euros frente a los 0,30 a los que cotiza.
Otros sectores también se están viendo afectados en mayor o menor medida por la crisis. Es el caso del tráfico aeroportuario gallego, con cifras preocupantes en determinados flujos. Por ejemplo, el aeródromo de Santiago va a sufrir una caída del 50% en los vuelos en estas fechas con respecto al mismo periodo de 2007. Por ejemplo, mientras el día de Navidad del año pasado hubo 39 salidas desde Lavacolla, en 2008 sólo hubo 24.
También el gremio de los hoteles está preocupado por la caída del consumo, por lo que la mayoría de empresarios ha decidido congelar los precios para garantizar la ocupación en fin de año. Las reservas marchan a un ritmo aceptable pero a riesgo de no incrementar ni en un céntimo las tarifas de 2007.
Tal panorama hace que el principal deseo de los españoles de cara al cambio de año sea el final de la crisis económica, que podría comenzar a perfilarse en primavera, según algunos auguran. El rito de las doce uvas de la suerte que, por cierto, va a cumplir un siglo, tendrá como trasfondo la despedida a un año difícil y la esperanza de que el que entra será mejor. En Ferrol lo celebrarán de una forma inusual pues la sección de buceo del Club de Mar de la ciudad dirá adiós a 2008 bajo el agua, tomando las doce uvas en las frías aguas de la playa de Chanteiro.