Los responsables del hotel Santa Catalina (que acaban de realizar una importante inversión para remozar el establecimiento y que siempre rozan el lleno) empiezan a notar que los fines de semana, debido a los fuertes gritos de los jóvenes que se reúnen para beber en la zona, la clientela empieza a bajar. Tal es el ruido generado que, incluso, muchas de las personas que ya tienen pagada su estancia optan por abandonar sus habitaciones ante la imposibilidad de descansar.
Así las cosas, los propietarios temen que durante el puente de mayo la ocupación descienda de modo considerable, tal y como ocurrió en la pasada Semana Santa.
Así las cosas, los propietarios temen que durante el puente de mayo la ocupación descienda de modo considerable, tal y como ocurrió en la pasada Semana Santa.