Entre las múltiples bateas que flotan en las rías de la Península de O Morrazo, hay una que se diferencia del resto, y no por su aspecto (es de madera, al igual que las demás, y tiene exactamente la misma forma), sino porque en la superficie de la caseta en la que se almacena el material capturado hay instaladas varias placas solares. Gracias a ellas, se acumula energía lumínica, con la que se ha puesto a funcionar un gran congelador en el que se guarda el pulpo (estas instalaciones se emplean para engordar a este cefalópodo).
Así las cosas, los marineros pueden realizar los trabajos de limpieza en la propia batea; algo que, de no ser por la energía solar obtenida, tendrían que efectuar en tierra.
Así las cosas, los marineros pueden realizar los trabajos de limpieza en la propia batea; algo que, de no ser por la energía solar obtenida, tendrían que efectuar en tierra.