Los climatólogos del Instituto Hidrometeorológico Checo han dado la voz de alerta porque, según dicen, el aumento de las temperaturas en los últimos años ha empeorado la calidad del lúpulo Saaz, con lo que también empeora la calidad de la cerveza. El lúpulo Saaz de mejor calidad contiene alrededor de un 5% de ácido alfa, y es justo éste el responsable del delicado sabor amargo de la cerveza tipo pilsner. Un sabor que, según los científicos, puede ir deformándose con la disminución de los ácidos alfa, que el calentamiento global irá disminuyendo.