El turismo del futuro será activo, verde y sostenible. La región del Algarve, conocida sobre todo por sus campos de golf y sus espléndidas playas, ha conseguido atraer a los aficionados al senderismo y al ciclismo gracias a la implantación de rutas que permiten conocer sus diversos paisajes a pie y sobre dos ruedas.
Estos nuevos recursos han permitido recuperar carreteras secundarias y caminos rurales abandonados, sanear riachuelos y en general revalorizar el medio rural de la zona ofreciendo una nueva forma de dar a conocer sus rincones, su gastronomía y sus costumbre.
La Ecovía del Litoral del Algarve ha sido diseñada para el uso de ciclistas, pero también de caminantes e incluso de jinetes. Esta ruta recorre 214 kilómetros de costa, desde el Cabo de San Vicente (Sagres) hasta Vila Real de San Antonio, limítrofe con Huelva.
La Ecovía forma parte de la cicloruta europea Eurovelo1, que recorre la costa atlántica desde Noruega hasta el suroeste de la Península Ibérica, recorriendo además Irlanda, Reino Unido y Francia.
Atravesando 12 concejos, la Ecovía del Litoral permite descubrir parajes impresionantes como la cala de Boca do Río, los acantilados de la playa de Roche, el parque natural Ría Formosa, con 60 kilómetros de longitud y una amplísima variedad de aves migratorias.
También atraviesa bonitos pueblos como Ferragudo, el lujoso Vale de Lobo, Olhão y sus azoteas cubistas, los vestigios arqueológicos de Portimao, el casco histórico de Faro o Tavira, conocida como la Venecia del Algarve, dividida en dos por un río cruzado por tres puentes.
La Vía Algarviana, por su parte, consiste en la unión pedestre del trayecto que va desde Alcoutim hasta el Cabo de San Vicente, atravesando gran parte de la sierra algarviana y culminando en la costa atlántica, con una extensión de 240 kilómetros.
El recorrido comienza en Alcoutim y pasa por Castro Marim, Tavira, Loulé, Silves, Monchique, Lagos y Vila do Bispo para finalizar en el cabo de San Vicente en Sagres.
Organizadas regularmente, las travesías de la Vía Algarviana son marchas de 14 días que recorren la sierra portuguesa, en etapas que van de los 14 hasta los 30 kilómetros. Los participantes en estas caminatas comparten vivencias con los habitantes de la región y marchan en contacto continuo con la naturaleza.
La Vía Algarviana aspira a convertirse en una de las Grandes Rutas (GR13), pasar a formar parte de las rutas Transeuropeas y convertirse en la espina dorsal de una red de recursos pedestres del Algarve con el objetivo de fomentar el desarrollo de turismo rural en sus distintas variantes de alojamiento y restauración.
Estos nuevos recursos han permitido recuperar carreteras secundarias y caminos rurales abandonados, sanear riachuelos y en general revalorizar el medio rural de la zona ofreciendo una nueva forma de dar a conocer sus rincones, su gastronomía y sus costumbre.
La Ecovía del Litoral del Algarve ha sido diseñada para el uso de ciclistas, pero también de caminantes e incluso de jinetes. Esta ruta recorre 214 kilómetros de costa, desde el Cabo de San Vicente (Sagres) hasta Vila Real de San Antonio, limítrofe con Huelva.
La Ecovía forma parte de la cicloruta europea Eurovelo1, que recorre la costa atlántica desde Noruega hasta el suroeste de la Península Ibérica, recorriendo además Irlanda, Reino Unido y Francia.
Atravesando 12 concejos, la Ecovía del Litoral permite descubrir parajes impresionantes como la cala de Boca do Río, los acantilados de la playa de Roche, el parque natural Ría Formosa, con 60 kilómetros de longitud y una amplísima variedad de aves migratorias.
También atraviesa bonitos pueblos como Ferragudo, el lujoso Vale de Lobo, Olhão y sus azoteas cubistas, los vestigios arqueológicos de Portimao, el casco histórico de Faro o Tavira, conocida como la Venecia del Algarve, dividida en dos por un río cruzado por tres puentes.
La Vía Algarviana, por su parte, consiste en la unión pedestre del trayecto que va desde Alcoutim hasta el Cabo de San Vicente, atravesando gran parte de la sierra algarviana y culminando en la costa atlántica, con una extensión de 240 kilómetros.
El recorrido comienza en Alcoutim y pasa por Castro Marim, Tavira, Loulé, Silves, Monchique, Lagos y Vila do Bispo para finalizar en el cabo de San Vicente en Sagres.
Organizadas regularmente, las travesías de la Vía Algarviana son marchas de 14 días que recorren la sierra portuguesa, en etapas que van de los 14 hasta los 30 kilómetros. Los participantes en estas caminatas comparten vivencias con los habitantes de la región y marchan en contacto continuo con la naturaleza.
La Vía Algarviana aspira a convertirse en una de las Grandes Rutas (GR13), pasar a formar parte de las rutas Transeuropeas y convertirse en la espina dorsal de una red de recursos pedestres del Algarve con el objetivo de fomentar el desarrollo de turismo rural en sus distintas variantes de alojamiento y restauración.