El bar Leiro, un establecimiento mítico en Barbanza, conocido por sus bocadillos cierra sus puertas. Después de después de tres décadas deleitando los paladares de Ribeira, Juan Manuel Fonteíña Pérez, su propietario, se jubila.
Con este cierre no solo se acaba una bocadillería, sino que también se va un lugar de encuentro, un foro de tertulias y de reunión de amigos. Tras de sí deja infinidad de anécdotas, una parte de la historia de Ribeira.
Es una pena que locales con tanta tradición no tengan continuidad. En los últimos tiempos en nuestra comunidad han desaparecido buena parte de las míticas tabernas y buena parte de las casas de comida. Una lástima.
Con este cierre no solo se acaba una bocadillería, sino que también se va un lugar de encuentro, un foro de tertulias y de reunión de amigos. Tras de sí deja infinidad de anécdotas, una parte de la historia de Ribeira.
Es una pena que locales con tanta tradición no tengan continuidad. En los últimos tiempos en nuestra comunidad han desaparecido buena parte de las míticas tabernas y buena parte de las casas de comida. Una lástima.