Son una marca de
garantía en Castroverde de Campos, su "Mesón del Labrador" un santuario al que
hay que ofrecerse cuando menos dos veces al año y todas las que se pueda si
viajamos entre Galicia y Madrid.
Nos acercaron a Vigo
sus escabechados de caza, sus alubias, las pechugas de paloma con colmenillas y
los insuperables pichones estofados que miman en vida como tesoros; su perdiz
con berza y castañas, en fin, su insuperable tarta de queso con helado de leche de
oveja.
Todo muy de aquella
tierra que es la nuestra, hecho con maestría, respecto al producto y su origen,
señoras raciones bien asentadas en su origen y presentadas con elegancia. Al
paladar llegan así, aquí en estas jornadas con las que nos saluda mayo del 1 al 3, y nos
esperan allí, con el Senda de los Frailes y el tinto de Toro, que es de la
casa, eso sí con vistas al puerto y a la Ría de Vigo, bien arropados por los anfitriones: Restaurante Marina Davila