La Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, una organización internacional sin ánimo de lucro que promueve la cooperación científica y fomenta el apoyo, la educación y la divulgación científica, advierte que las calorías de las etiquetas alimentarias son engañosas, se subestima el contenido energético de los alimentos procesados y se exagera el perteneciente a las materias primas que componen el producto.
Según los expertos, el fallo en el cálculo de las calorías que tiene un alimento procesado puede llevar a un margen de error de hasta un 30%. El grupo de especialistas advierte que el sistema que actualmente se utiliza es erróneo y que por tanto, no se informa correctamente a los consumidores sobre el contenido calórico real.
Pero parece ser que de esto ya se tenía constancia y a pesar de ello no se han realizado los cambios oportunos, se ha seguido utilizando el sistema o factor Atwater, un método que se desarrolló a finales del siglo XIX y principios del siglo XX por el químico estadounidense Wilbur Olin Atwater, de ahí su nombre. Con él se calcula la energía disponible en los alimentos, es una alternativa utilizada a la medición directa y por tanto se reconoce que pueden producirse resultados que difieren de los arrojados por una evaluación directa.