Tras las dimensiones que ha adquirido el caso del fraude de la carne de caballo, los Ministros comunitarios han planteado diferentes medidas para que no vuelva a ocurrir este tipo engaño al consumidor. Una de las medidas barajadas por el Ministro de Agricultura francés es etiquetar los alimentos transformados, medida con la que no está de acuerdo la administración española, al considerar que es una medida innecesaria.
Ya han pasado varias semanas desde que se detectaron los primeros casos de fraude en las hamburguesas de vacuno con carne de caballo en Irlanda y Reino Unido. A partir de este descubrimiento se han ido sucediendo las denuncias en varios países y afectando a diferentes alimentos procesados, ya sean enlatados, preparados o congelados, muchos pertenecientes a grandes marcas que ensalzan la calidad de sus productos y los valores de la marca, como por ejemplo Findus, Nestlé, Buitoni, etc. A estas alturas está claro que las multinacionales buscan exclusivamente rentabilidad y no se cortan a la hora de ofrecer gato por liebre, mientras las marcas artesanales son únicas las que ofrecen calidad sin tapujos y las que generan valor añadido en sus zonas de origen.