El mes de mayo es especial en el litoral atlántico de la provincia de
Cádiz. Es la época en la que los primeros atunes se acercan a la costa en
dirección al Mar Mediterráneo para desovar. Es el
momento en que su carne es más sabrosa y apreciada. Un verdadero manjar que se
pesca de la misma forma que hace dos mil años: la almadraba. Un arte de pesca
tradicional y también espectacular.
Zahara
de los Atunes, Barbate y Conil de la Frontera basan gran parte de su economía
en la pesca del atún y celebran con ferias y fiestas la llegada del atún
salvaje, el más rico, el más versátil, el más sabroso. Y este año lo celebrarán
dando la bienvenida a los visitantes con unas veletas enormes que simulan el
movimiento de los atunes en el mar, obra del escultor Pedro Luis Barberá.
Cuántos sabores y cuántas recetas diferentes pueden salir tras el
despiece del atún que en el argot se denomina ronqueo-: hojaldre de atún, pisto
de atún, atún con crema de algas y espinacas, atún a la plancha con vinagreta,
la ostratun, alma de atún con helado marinero por supuesto rojo, salvaje, de
almadraba-, atún con dulzura de naranja y suma y sigue.