Esta semana ha tenido lugar en San Sebastián la presentación
y cata de un original vino atesorado en el fondo del Mar Cantábrico, en una
bodega submarina emplazada a 20 metros de profundidad dentro de una concesión
de fondo marino, lo que dota a la bebida de una peculiar singularidad. Se Crusoe
Treasure Classic, un tinto (variedades Tempranillo, Mazuelo y Graciano)
procedente de viñedos seleccionados que tras su paso por barrica, es
embotellado tras su atesorado bajo el mar..
Un año de crianza en roble y casi otro año de atesoramiento
submarino le aportan, en palabras de la bodega, un ensamblaje perfecto entre
los aromas de fruta fresca y los especiados del roble, muy suave a nivel de
taninos y con retronasal sorprendente, compleja y muy persistente.
Bajoelagua Factory, la propietaria de la marca y la bodega,
ha sido pionera en la creación de una bodega submarina que actualmente exporta
fundamentalmente a países asiáticos, producciones limitadas y reconocidas
internacionalmente con diversos galardones.