Ante la decisión del Gobierno de incrementar los impuestos
que gravan las bebidas espirituosas, la Federación Española de Hostelería
(FEHR) y Cerveceros de España valoran
muy positivamente que no se graven las
bebidas que más influyen en la rentabilidad del sector hostelero como son la
cerveza, el vino y resto de bebidas fermentadas, cuyos ingresos fiscales
ascienden a casi 5.000 millones de euros en términos globales. En estos
momentos resulta clave el mantenimiento del consumo, de los puestos de trabajo
y de la recaudación por IVA e IRPF que se genera en hostelería por estas
bebidas.
En esta línea, otros países europeos, como Reino Unido y
Dinamarca, también valoran la relevancia económica del consumo de cerveza en
términos de generación de empleo y recaudación por impuestos, razón por la que
aprobaron recientemente una reducción del impuesto a la cerveza.
Con la decisión de excluir las bebidas fermentadas de este
incremento impositivo el Gobierno reconoce su peso predominante en nuestros
bares y restaurantes. Así, según datos del propio Ministerio de Agricultura,
Alimentación y Medio Ambiente la cerveza y el vino mueven el 30% de las visitas
a los establecimientos hostelería, algo más que el café (29%) y muy por delante
de los licores, que suponen un 2%.
De las bebidas con contenido alcohólico, las fermentadas son
las más consumidas en los establecimientos hosteleros y, por tanto, las que
tienen mayor incidencia económica en este sector. El vino y la cerveza son las
primeras bebidas con contenido alcohólico generadoras de puestos de trabajo: un
total de 280.000 entre empleo directo e indirecto, de los que la mayoría se
crea en hostelería.