
Las intensas llamas han destrozado todo el Santuario,
salvandose apenas algunas imágenes. El retablo principal quedó totalmente
calcinado. El Santuario de A Virxe da Barca fue sometido hace tan solo unos
meses a un tratamiento específico para acabar con los males que acababan con la
salud de la piedra.
Además del templo de A Virxe da Barca y la Pedra de Abalar,
otro de los atractivos de esta localidad de A Costa da Morte es el secadero de
congrio, quizás los únicos que quedan y que vinculan Galicia con Aragfón desde
el siglo XV, un comercio que incluso se especializó en algunos ayuntamientos
como el de Calatayud, en Zaragoza. En aquella época el pescado fresco estaba
casi reservado a los que vivían cerca del mar por las dificultades para su
transporte
Los documentos históricos recogen que en la villa maña se
producía gran cantidad de cáñamo y sus artesanos elaboraban cuerdas y sogas
para los barcos que se construían en los puertos gallegos. El dinero era
entonces un bien escaso y la mayor parte del comercio se realizaba en especie.
Así que los gallegos compraban las cuerdas y sogas para sus embarcaciones a
cambio de congrio o bacalao seco que se llevaban los aragoneses.