Miguel Mirones, Presidente del Instituto para la Calidad Turística
Española (ICTE) y de la Asociación Nacional de Balnearios (ANBAL) apuesta por
la creación de una norma que garantice el funcionamiento del turismo sanitario
en España para facilitar la llegada de turistas extranjeros. Según datos
oficiales, en 2012 los turistas de salud gastaron unos 140 millones de euros en
este campo, sin embargo se estima que estas cifras se pueden multiplicar por
cuatro en 2015, llegando a los 500 millones de euros. En Europa, nueve millones
de ciudadanos se desplazan cada año de un país a otro con el objetivo de mejorar
su salud, o su aspecto físico, generando cifras de negocio cercanas a los 2.400
millones de euros; el 40% del volumen mundial.
En todo caso, el desarrollo del sector turístico español especializado en salud
es imparable y esa es la razón que ha llevado a Miguel Mirones a promover la
creación de una nueva norma para homogeneizar su funcionamiento y servicios.
“Es necesaria una herramienta que gestione el turismo de salud en España”, ha defendido
Mirones para anunciar que la institución que preside está trabajando en la
estructura de una especificación técnica para certificar el proceso de atención
al turista/paciente en establecimientos sanitarios.