
Junto a los tradicionales ibéricos curados, Marcial Castro
lanza al mercado una selección de carnes de ibérico como la presa ibérica, carne veteada de grasa
intramuscular; la pluma ibérica que
procede de la parte final del lomo y se distingue por su peculiar forma
triangular y plana.
Escondido entre la paleta y el lomo de tocino, el corte
especial que se realiza para obtener el secreto
ibérico, permite la obtención de una jugosidad muy especial. Casi sin
fibras y procedente de la parte lumbar (entre el lomo bajo y las costillas)
extraemos el solomillo ibérico que
tanto como guiso como al horno nos descubrirá su apreciado sabor y textura.
La carrillera ibérica,
carne gelatinosa y plena de sabor es el ingrediente fundamental de
extraordinarios guisos que se elaboran en hostelería y que son muy apreciados
por grandes gourmets. Finalmente, muy sabrosa y tierna es la lágrima ibérica, pieza que se encuentra
entre las costillas del cerdo ibérico y que contiene una gran riqueza de grasa.