Cristalizaciones sensibles para prevenir el futuro de un vino

La técnica de las cristalizaciones sensibles aplicadas al vino tiene como objetivo contrastar la calidad vital y hacer pronósticos de futuro para conocer el potencial de crianza, la incidencia de las temperaturas de fermentación, la impronta de los suelos sobre el vino o les patologías que han incidido en su evolución, entre otros datos de gran valor que puede aportar esta metodología cualitativa.

El sistema de las cristalizaciones sensibles está impulsado por Recaredo, cuyo equipo viticultura trabaja activamente en él desde el año 2011. La metodología de trabajo consiste en realizar cristalizaciones a partir de una disolución de cloruro de cobre junto con el vino que quiere analizar. La cristalización tiene lugar en una cabina condicionada para este propósito en condiciones controladas de temperatura y humedad.

En una franja de tiempo aproximado de 14 horas, el agua se evapora y se obtienen unos cristales puros que se organizan de una manera precisa y que ofrecen una valiosa información.


La interpretación de las cristalizaciones sensibles puede llegar a revelar mucha información como, por ejemplo, qué tipo de viticultura se practica -biodinámica, ecológica o convencional -, en qué estado de maduración se inició la vendimia, si se produjeron paradas de fermentación, cómo fue climatológicamente el año o si la planta sufrió alguna enfermedad. Es posible conocer también la capacidad de crianza que puede alcanzar un vino, así como su comportamiento natural hacia la oxidación.