
La destiladora de la empresa Viña Blanca del Salnés, Sonia Otero, inició la cata ciega planteada a los asistentes en el Salón Alea del Casino de La Toja con un plato con diferentes hierbas con el objetivo de agudizar el sentido del olfato e identificar alguno de los olores.
Luego propuso a los asistentes convertirse en jueces durante una hora del Concurso de Aguardientes y Licores Tradicionales de Galicia. Para ello se cataron los destilados gallegos (tres aguardientes de orujo, dos licores de hierbas y dos licor café) con contraetiqueta ganadores de la edición de 2016, el jurado allí reunido eligió los Potes de Ouro y de Prata de las diferentes categoría: “La idea es por un momento ponerse en la piel de los catadores y ver lo difícil de su labor” explicó Sonia Otero.
Además para demostrar al público la importancia de la temperatura y la copa en el consumo de los destilados gallegos, Otero propuso catar los mismos destilados en la copa tulipa, adecuada para este tipo de productos y utilizada por el Consejo Regulador, a una temperatura de frigorífico y, también, en vaso de chupitos a temperatura de congelador. Con esta práctica los participantes pudieron comprobar ‘in situ’ la pérdida de aromas y de gusto en su paso por boca de los destilados servidos en chupitos.