Carácter y sutileza marcan la personalidad de Lusco Albariño 2016 y Pazo Piñeiro 2015, dos tesoros enológicos que nacen en la subzona del Condado do Tea. Las nuevas añadas de estos albariños de la D.O. Rías Baixas siguen técnicas de elaboración artesanales y emplean levaduras autóctonas en su fermentación, según explicó el enólogo de la bodega, Sergio Alén. Las nuevas añadas fueron presentadas ayer ante una nutrida representación de hosteleros de Galicia y Asturias y medios de comunicación especializados.
La propiedad, ahora González Byass, organizó una jornada lúdica consistente en una visita a la bodega y degustación del Lusco 2016 en las inmediaciones del pazo y de la pequeña capilla situada a la sombra de un gran magnolio; un pazo, por ciento, que será reconvertido en un coqueto hotel rural que ampliará la oferta enoturística en Rías Baixas.
Equipo comercial y de marketing de González Byass |
La nueva añada de Lusco Albariño, puntuada con 97 puntos en “La Guía de vinos de La Semana Vitivinícola 2017”, destaca por su color amarillo pajizo y notas florales y aromas de manzana golden y pera en nariz. Acidez y vivacidad en boca caracterizan a este Rías Baixas, un vino que encuentra a su pareja ideal en la gastronomía atlántica.
Pazo Piñeiro 2015 se elabora a partir de la selección de las mejores uvas de Albariño procedentes, principalmente, de los viñedos más antiguos de la propiedad. Tras largas maceraciones, el mosto obtenido se fermenta con levadura autóctona de la propia uva y reposa sobre sus lías finas durante 9 meses en depósito y, posteriormente, 7 meses en barricas de roble francés dando como resultado un vino pálido y brillante, con ricos aromas varietales de hierbas frescas seguidos de toques tostados que afloran en nariz. En boca es largo, redondo y amplio, convirtiéndose en el compañero perfecto de pescados, como merluza o rodaballo, carnes blancas, aves y arroces.