Expertos de la Universidad Clarkson de Estados Unidos han presentado en la 254ª Reunión del National Meeting & Exposition de la American Chemical Society (ACS), unas nuevas etiquetas inteligentes que se pueden integrar en papel o plástico, y que son capaces de detectar los contaminantes o el deterioro que tienen los alimentos. Los expertos indican que su tecnología tiene múltiples aplicaciones y que se podrá utilizar para detectar bacterias peligrosas, micotoxinas u otros contaminantes.
El envasado alimentario se ha convertido en un elemento muy importante a la hora de proteger y preservar los productos, facilitan la manipulación en la cadena de suministros, ofrecen rapidez en el transporte, comodidad en la manipulación y almacenamiento… sin embargo, es necesario dotarles de funcionalidades que los conviertan en envases inteligentes, capaces de informar sobre el estado y calidad del producto que contienen. Durante los últimos años hemos conocido el desarrollo de etiquetas inteligentes que son capaces de controlar la calidad de los alimentos, medir la temperatura, el nivel de degradación a través de los compuestos volátiles que se liberan, etc.
Uno de los problemas a la hora de implantar estas soluciones tecnológicas ha sido el coste, algo que se ha ido reduciendo con cada nueva etiqueta presentada. Hoy conocemos una investigación desarrollada por expertos de la Universidad Clarkson (Estados Unidos) sobre nanoestructuras bioactivas o moléculas químicas y biológicas que se ensamblan en las proporciones precisas para formar estructuras concretas, éstas pueden ser integradas en sustratos flexibles y económicos como el papel o el plástico, permitiendo crear nuevas etiquetas inteligentes capaces de detectar los contaminantes y el deterioro en los alimentos.