Tipicismo y modernidad en armoniosa pareja de hecho. Aquí campa la cocina de producto actualizada, pero manteniendo al mismo tiempo la esencia de lo tradicional. Estética en el plato pero con sabores auténticos, nada es superficial.
Gloriosas sus sardinas a la brasa (las bordaba Jaime Alvariñas padre, que ha transmitido a las nuevas generaciones su conocimiento empírico) y otros pescados asados al calor de las ascuas de leña, el pulpo a la gallega, las caldeiradas de pescado (guiso, que no en ajada), los mejillones en escabeche o los postres caseros, por citar algunos clásicos, nos transportan a las sensaciones sápidas de la cocina burguesa actualizada.