Está en marcha el concurso organizado por Foodwatch para elegir al ganador del Premio al Producto Alimentario más Fraudulento del Año 2017. Een esta edición se presentan cinco candidatos que reúnen las condiciones para recibir este peculiar premio que, en realidad, es una denuncia y un modo de presionar a las empresas alimentarias para que dejen de engañar a los consumidores, sea por el etiquetado, por los ingredientes o por la publicidad.
Los candidatos son las galletas para bebés Alete, la bebida proteínica con base láctea y sabor a vainilla Bauer Protein Drink, la Sopa Lacroix Oxenschwanz de Continental Foods, los cereales Kellogg’s Urlegenden Muesli y el aceite vegetal Becel Cocina Omega-3 de Unilever, una combinación de aceites de girasol, colza y linaza que, según la compañía, se caracteriza por un contenido elevado en ácidos grasos omega-3 y omega-6 poliinsaturados,