Con el objetivo de diferenciar el pescado salvaje del pescado de acuicultura, la Organización de Productores de Pesca Fresca del Puerto de Vigo (OPPF-4), en colaboración con la empresa gallega especializada en temas pesqueros, Sinerxia Plus, ha comenzado a presentar a los armadores que la integran la nueva marca de pescado “Fresco y Salvaje” que pretende poner en marcha.
El proyecto, que forma parte de la estrategia de acción diseñada en el plan de comercialización de la OPPF-4 ha contado con el apoyo del Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca (FEMP) y de la Xunta de Galicia y surge de un estudio previo en el que los armadores detectaron que uno de los aspectos que más valoraba el consumidor a la hora de comprar el pescado, era el de poder diferenciar claramente el pescado salvaje del pescado de cría o acuicultura, muy por encima de otros sellos o marcar.
A raíz de este estudio, la OPPF-4 consideró necesario impulsar la información al consumidor del pescado salvaje y su procedencia, arte de pesca, etc. Fruto de este trabajo, desde el 2015 comenzó a desarrollar la marca, fue presentada en las oficinas de la OPPF-4 en el puerto de Vigo, con representantes de la propia OPPF-4 como su director, Jose Antonio Suárez Llanos, su gerente adjunto, Edelmiro Ulloa y el director de Innovación, Jorge Romón Olea, así como el Director de Sinerxia Plus, Iván Vaqueiro y su responsable de temas pesqueros, Antía Lourido.
De este modo, "Fresco y Salvaje" tratará de diferenciar y valorizar el pescado salvaje ante el consumidor final. Para pertenecer a esta marca, que en principio integraría a armadores de la OPPF4, pero que está abierta a todo el territorio nacional, sólo se deben cumplir tres requisitos:
a. Que sea pescado salvaje, es decir, pescado en libertad en el mar, no cultivado ni criado en granjas de pescado.
b. Que sea pescado por embarcaciones de cerco, de palangre, de arrastre o artes menores.
c. Y que el pescado no haya soportado ningún proceso de congelación y su conservación no haya sido por debajo de los 0ºC.
Para ello, la OPPF4 comenzará a partir del 2018 a implantar este sello a través de un sistema de cadena de custodia desde la pesca hasta la llegada al punto de venta, para garantizar al consumidor que el pescado que se compra es realmente pescado salvaje.