Bodegas Terras Gauda propone un brindis para el Día de la Madre con La Mar 2015, su vino más singular, elaborado casi en su totalidad con Caíño Blanco, variedad autóctona que la Bodega ha recuperado y mimado hasta atesorar el 90% de la escasa producción de esta uva exclusiva.
Los aromas frescos, limpios y rotundos, intensos, de fruta tropical madura, caracterizan la añada de 2015, que revela nuevamente la virtud esencial del Caíño: su facilidad para extraer al máximo las características del terroir y trasladarnos, saboreando una copa, a O Rosal y al Atlántico.
Resulta sorprendente en boca, que se llena de sensaciones placenteras gracias a un vino untuoso, carnoso, de gran estructura y cuerpo, que al mismo tiempo resulta tierno, vivo y envolvente. Su excelente acidez le aporta frescura y longitud.