La cata de espumantes y cavas convocada por HGg&T con vistas a los brindes veraniegos ha dado resultados sorprendentes. Buscamos una selección de etiquetas de mercado con un nivel de distinción, “ponibles” en los momentos glamurosos sin salirnos de presupuesto, y enfocamos el ámbito seleccionador en la geografía clásica de los cavas con denominación, y en los emergentes espumosos de nuestro principal ámbito de influencia la geografía clásica de los cavas con denominación, y en los emergentes espumosos de nuestro principal ámbito de influencia dentro de la Península Ibérica.
La valoración del jurado de técnicos y expertos, en cata ciega, establece un antes y un después, rompe la habitual hegemonía de los cavas acreditados en el Penedés, y enfoca las mejores percepciones entre los espumantes de Albariño producidos en las demarcaciones geográficas de los Vinhos Verdes y Rías Baixas, concreta y específicamente en la subzona de O Condado, vecinas enfrente, que no enfrentadas, pai Minho por medio.
El panel único oficiante en esta ocasión propicia una comparación general entre las calificaciones obtenidas por cada una de las botellas en la pasarela organoléptica, celebrada en las cuidadísimas instalaciones y con la apoyatura hostelera de Novavila Desing Wine Hotel, dirigida por José Luis Vilanova en Santo Tomé de Meis, pórtico de O Salnés desde la vecina Pontevedra y la autopista del Atlántico.
En esa clasificación emergen al estrellato los espumantes miñotos -y marcando territorio los lusos- con escasas concesiones para los habituales dominadores de los podios. Ese peso, como se observará, se mantendrá incluso en los puestos de diploma y resto de los mejor calificados, esto es, los que obtuvieron (descontadas las más alta y baja puntuaciones de cada catador)más de 600 puntos.
Porcentualmente, los brut constituyen el corpus principal de la selección -burbujas ligeras, accesibles, proclives para el aperitivo e inicios sólidos frugales- y de forma remarcada al ser exclusivamente de ese segmento los triunfadores aportes portugueses.
Le siguen los brut nature, para más altas exigencias convenientemente ya en la mesa, y como tercer contigente de esta escogida muestra, los rosados, una tendencia ascendente, limitando a una representación referencial la selección de Extra bruts y un par de peculiaridades que, no por adjudicársele un papel de contraste, carecen de interés organoléptico, ni mucho menos.
Precisando, subrayemos que las tipologías y afinidades se ajustaron, en primer lugar, a tres agrupamientos definitorios por origen: espumantes gallegos, cavas catalanes y espumantes del norte luso, todos ellos blancos. A la par y en ese marco, diferenciados los brut, los brut nature y los extra-brut exclusivamente gallegos, además de los rosados catalanes y gallegos.
Y admitimos un par de “versos sueltos” a modo de representación por su singularidad, y de enriquecimiento de contrastes, como es el caso de un cava riojano, o un espumoso de albariño no catalogado en la tipología convencional, como es el Martín Códax.
Otras diferenciaciones, tales como la condición de cuvés, alcance de la reserva y otras especificaciones, singularizan cada uno de los productos pero sin influenciar en el marco de cata más que en el aspecto ordinal.
Altas sensaciones, sobresalientes aportes organolépticos, y reparto de entorchados. He aquí una guía de confianza para un verano con muchas y placenteras burbujas…