La Casa de Galicia en Madrid, delegación de la Xunta en esa comunidad, acoge este jueves la presentación del proyecto Muxía, camiñando cara ó mar. Allí estará el alcalde, Félix Porto, pero también el presidente de Muxía Turismo Rural, Manuel Jesús Lema, y Francisco Canabla en represdentación del Clúster de Turismo de Galicia, entre otros.
Muxía, villa marinera de la Costa da Morte, cuenta con un rico patrimonio en su arquitectura popular, principalmente en el entorno rural compuesto por eras, alpendres, alvarizas, casas, cierres, curros, fuentes, hornos, molinos, cruceros, palomares, capillas e iglesias, alguna románica, entre otros elementos arquitectónicos.
Un lugar en el que vivir experiencias únicas como la visita al Santuario da Virxe da Barca, objeto de culto mágico a lo largo de los siglos para los peregrinos que recorren el Camino Jacobeo de Santiago de Compostela a Muxía para balancear la Pedra de Abalar y pasar por debajo de la Pedra dos Cadrís, que junto con la Pedra dos Namorados y la Pedra doTimón, forman ese conjunto de piedras mágicas situadas en Punta da Barca, al lado del santuario y junto al faro del mismo nombre.
Cómo mágica es la visita al Cabo Touriñán cuando, dos veces al año -del 21 de marzo al 25 de abril y del 13 de agosto al 22 de septiembre- se convierte en el finis solis de la Europa occidental; es decir, el lugar donde en el ocaso desaparece el último rayo de sol.
No menos cautivadora es la visualización in situ, estampa típica de la localidad, de los dos únicos secaderos de congrio al aire libre de toda la península, el de Os Cacóns y el de A Pedriña. Esta tradición perdura desde el medievo, época en la que llegaban los bibilitanos de Calatayud con cuerdas para los barcos y llevaban de retorno, como pago en especies, congrios secos.