El veterano bodeguero Carlos Moro, alma máter del grupo Matarromera, presentó este lunes en Vigo sus proyectos más personales, vinos de categoría a los que ha dado su nombre, procedentes de fincas seleccionadas con mimo en zonas tan dispares como La Rioja o nuestro Ribeiro, que distribuye en la zona la empresa Becogalia.
El marco escogido fue el Hotel Nagari, el público un pequeño grupo de periodistas. Quizás para asegurarse la simpatía del auditorio, Carlos Moro comenzó con su Ribeiro, el primer vino gallego que elabora en la larga trayectoria de un grupo empresarial con presencia en otras cinco denominaciones de origen (Ribera del Duero, Rioja, Rueda, Cigales y Toro) y 8 bodegas de prestigio internacional.
Carlos Moro reconoció entre risas que los vinos gallegos estaban muy lejos de ser sus favoritos cuando comenzó a adentrarse en el mundo del vino, hará ya unos cincuenta años. Pero eso no le impidió seguir muy de cerca una evolución que considera digna de alabanza y finalmente se ha decidido a probar suerte en el Ribeiro, con un vino que toma el nombre de la viña donde surge: la Finca San Cibrao. Un Coupage en el que predomina la Treixadura, con un toque de godello y otro de Albariña, criado sobre lías finas para conseguir un caldo fresco, intenso y elegante en nariz, con un cuerpo fresco y untuoso en boca.
Un vino que, según las propias palabras del bodeguero, “enriquece la familia Vinos de Finca, procede un viñedo muy peculiar que nos trae la brisa atlántica a través de un coupage perfecto de tres variedades que aportan unas características únicas de tipicidad y disfrute sensorial”.
Tras el experimento gallego, bien recibido por los presentes, tocó el turno de los tintos, dos Riojas de 2015 procedentes de la bodega Carlos Moro en la prestigiosa localidad de San Vicente de la Sonsierra. El primero en llegar a las copas fue el CM 2015, sorprendente por su fuerza explosiva en nariz, que se confirma en boca con una intensidad alta y una buena estructura, muy sabroso y de largo retrogusto. A continuación, la experiencia se completó con el Carlos Moro Viña Garugele 2015, un vino seleccionado del que sólo se embotellaron 6.000 botellas, más sutil en nariz pero tremendamente elegante y original en boca, “un vino para emocionar” según dijo el bodeguero.
Son sólo algunas de las muestras de un grupo bodeguero en constante movimiento, que ha invertido más de 40 millones de euros en proyectos de investigación que no olvidan el factor de la sostenibilidad. Productos de una mente inquieta que no descarta emprender más proyectos en Galicia… No adelante nada, pero asegura que en la cabeza siempre hay cosas...