La Pureza es la única fábrica de conservas de pescado que queda en la localidad coruñesa de Cariño, donde en 1960 había más de veinte conserveras. Fundada en 1924 por Vicente Docanto Martínez, abuelo de los actuales propietarios, los hermanos Alfonso, Nieves, Ana y Carlos Docanto Bouzamayor, elabora conservas de pescado de calidad, entre ellas –y esto es exclusivo en el mundo conservero- congrio en aceite de oliva.
Hablamos con Ana Docanto sobre cómo les está afectando la crisis del Covid 19: “nosotros somos una fábrica pequeña y artesanal y seguimos fabricando, poco pero seguimos fabricando”.
-No obstante, el protocolo de seguridad ¿hará que el trabajo sea más incómodo?
-Sí, eso sí. Las trabajadoras tienen que estar más separadas en sus mesas o entrar por turnos en los vestuarios en aras de la salud de todos, no obstante es algo que se lleva bien y por ello no hay que bajar la guardia.
-¿Habéis notado un descenso en las ventas desde el inicio del confinamiento domiciliario?
-Nosotros nos mantenemos más o menos igual, los pequeños descensos y los incrementos en otros segmentos equilibran la balanza. Es cierto que hemos perdido en la venta directa en nuestra tienda en fábrica puesto que no hay turistas que eran los compraban directamente. Por lo demás, pedidos vamos teniendo, no en exceso, pero ahí vamos.
-Una curiosidad, ¿mantenéis el mercado de Jaén que demanda la práctica totalidad de la aguja en escabeche que elaboráis??
-Ahora no está en temporada por lo que tenemos pocos pedidos de ese producto, pero habitualmente demanda la práctica totalidad de las latas que elaboramos y que en el resto de España apenas tienen salida.
-Algunas escenas de la serie Néboa, recientemente emitida por TVE, fueron rodas en vuestra conservera, ¿ha tenido repercusión en las ventas el hecho de haber salido en la pequeña pantalla?
-Por el momento no lo notamos. Que yo sepa solamente vino una pareja de turistas interesándose por nuestras conservas. Imagino que cuando se vuelva a recuperar el pulso turístico vendrá gente por la tienda a curiosear y de paso se llevará alguna de nuestras latas.