
-¿En qué medida porcentualmente os está afectando esta
situación de emergencia sanitaria?
-Este mes de marzo, con respecto al año anterior, nuestras
ventas han caído un 70%, y abril va por el mismo camino, porque nosotros
vendemos fundamentalmente a tiendas especializadas, algunas muy pequeñas que
están cerradas, y a la hostelería, que está con actividad cero. Todas las
conserveras que trabajamos con materia prima de aquí estamos en la misma
situación.
-¿Tenéis venta online?
-Estamos trabajando desde febrero para poner en marcha el e-comerce, pero por el momento es un canal que todavía no tenemos operativo.
Espero que para el verano esté funcionando.
-¿Cómo ves el día después?
-En primer lugar tenemos que resistir y salir de esta, que
saldremos; y en cuanto al futuro creo que la recuperación, la vuelta a la
normalidad, será paulatina, el turismo se irá recuperando poco a poco, la movilidad
interior supongo que será lenta al principio porque la gente tendrá un poco de
miedo para salir en masa, pero como dice el refrán nunca choveu que non
escampara. No queda otra que tirar para adelante con la esperanza que esto se
recuperará, aunque falta saber a qué ritmo.
-¿Estáis fabricando en estos momentos algún tipo de
producto?
-No, en estos momentos no, puesto que sería elaborar para
almacenar al tener muy pocas ventas, salvo algún pedido puntual para el que
tenemos stock por el momento. Además, de 8 personas fijas que somos en plantilla,
estamos trabajando 3 y de 9 a 13 horas. Desde el año 40 del pasado siglo es la
primera vez que hemos tenido que hacer un ERTE.
-¿Cuáles son Alejandro las temporadas de mayor actividad en
las conserveras?
-En lo que a producción se refiere, hablo de conserveras
artesanales, el periodo del año de mayor trabajo es entre septiembre y
diciembre, que es la temporada de la almeja, berberecho, navaja y también del mejillón que es cuando más gordo está; la zamburiña de noviembre a marzo... Luego
en primavera se trabaja el pescado, la sardinilla (xouva), alcrique (agujas),
caballa, atún, bonito durante la costera, pero es un trabajo que se va realizando
a lo largo del año, pues compras en temporada y congelas para ir elaborando a
medida que sea preciso.
-Para rematar, una curiosidad, ¿cuál es la razón por la que
en el mercado apenas se ven aquellas sardinas grandes, de las que conocíamos
como de tres en lata?
-La respuesta es sencilla, porque no la demanda el mercado,
siendo como es un producto fantástico, más que la sardinilla pequeña. Tienen demanda en Francia y algo
elaboramos para los franceses, que las quieren con maduración, es decir que las
que enlatamos en 2020, por ejemplo, saldrían al mercado en 2024.