Recogiendo el guante que la organización de las Ciudades del Pacto de Milán le lanzó en octubre pasado, conforme Barcelona aceptara ser capital mundial de la alimentación sostenible en el 2021. La capitalidad de la alimentación sostenible es una palanca para impulsar una transición alimentaria con la que se consiga fortalecer las economías locales sostenibles y mejorar la salud de las personas, así como la del conjunto del planeta.
Firmado en octubre del 2015 y suscrito actualmente por más de 209 ciudades en todo el mundo, el Pacto de Milán de políticas alimentarias urbanas o Pacto de Milán es un tratado voluntario firmado por las ciudades que se comprometen a impulsar sistemas agroalimentarios sostenibles, inclusivos, resilientes, seguros y diversificados, para asegurar comida saludable y accesible a todas las personas y con el objetivo de reducir el despilfarro alimentario, preservar la biodiversidad y, a la vez, mitigar los efectos de la crisis climática y adaptarse a ella.
La COVID-19, entre muchas otras cosas, ha puesto de relieve las vulnerabilidades de los sistemas alimentarios en tres frentes. En primer lugar, la agricultura y la ganadería industriales están intensificando la pérdida de hábitats para otras especies y creando las condiciones idóneas para que los virus emerjan y se propaguen. En segundo lugar, esta crisis ha puesto a prueba la resistencia de las cadenas globales de suministro de alimentos. En tercer lugar, entre los efectos de la crisis económica que ya empieza a desplegarse, se vislumbra un incremento significativo de la desigualdad y de la pobreza alimentaria, sobre todo en clave femenina.
Por ello, situar la alimentación sostenible en el centro resulta de vital importancia para desarrollar y mejorar nuestra resiliencia y dar respuestas adecuadas, rápidas, justas y efectivas a futuras situaciones de emergencia, como por ejemplo, las vinculadas a la emergencia climática.
Durante todo el 2021, además de ser la sede de la cumbre global de ciudades del Pacto de Milán, se acogerán y apoyarán una serie de acontecimientos e iniciativas, tanto en la ciudad como en el entorno metropolitano, en los que la alimentación sostenible, justa y sana serán el eje vertebrador.
Se desplegarán políticas y proyectos alimentarios para situar la metrópoli de Barcelona como referencia en este ámbito, y se construirá una estrategia de políticas alimentarias con el horizonte en el 2030.